Somos un país que ante la adversidad nos crecemos, y desde hace días se nota
Editorial: Lo mejor de nosotros está saliendo a flote como un incesante diluvio de solidaridad palpita muy fuerte la sociedad civil no tememos a la adversidad
Hemos pasado la peste, el cólera, la gripe y tantas enfermedades víricas y de otras dimensiones, que el coronavirus antes de llegar la vacuna y el buen tiempo será vencido. Su maldad no tiene límites, pero basta.
AGENCIA MANACORNOTICIAS 27/03/2020 - 07:32:22
No queda otro remedio que enfrentarse al coronavirus con todas nuestras fuerzas. Debemos hacerlo retroceder y arrinconarlo. Lo han hecho en China y lo están haciendo en Alemania.

Editorial: Lo mejor de nosotros mismos está saliendo a flote, emergiendo con fuerza impensable, como una incesante lluvia de solidaridad, que se ha convertido en diluvio. Se terminaron las bromas, los miedos, la tristeza, las lágrimas, la pena. No queda otro remedio que enfrentarse al coronavirus con todas nuestras fuerzas.

Debemos hacerlo retroceder y arrinconarlo. Lo han hecho en China y lo están haciendo en Alemania. La maquinaria de la sociedad civil está tomando la iniciativa, el pulso, la cual se suma a la de las administraciones nacionales, autonómicas, insulares y por supuesto locales.

Desde todos los rincones de los 8.100 municipios de España crece la solidaridad con más velocidad que el rayo. Personas a título particular, entidades, colectivos, asociaciones, grupos, empresas, comercios, fundaciones, ONGs.

Somos un país que ante la adversidad nos crecemos, y desde hace días se nota, se siente, lo vemos con miles de ejemplos, nos hemos levantado y por supuesto vamos a ganar este fatal contratiempo. El Círculo de la Sanidad elogia las donaciones privadas como muestra de apoyo en la lucha contra el virus: Nadie sobra ahora en momentos tan delicados, concluyen. La reacción tiene músculo y oxígeno, esperanza y resultados. Vemos los más de 4.000 muertos y los 56.188 contagios, pero también observamos los 7.105 que se han curado y nos dicen que se puede terminar con el bicho.

Desde todos los rincones de los 8.100 municipios de España crece la solidaridad con más velocidad que el rayo. Personas a título particular, entidades, colectivos, asociaciones, grupos, empresas, comercios, fundaciones, ONGs, todos reman a velocidad de vértigo para que llegue el material sanitario como mascarillas, respiradores, test rápidos de detección o equipos de protección individual. Todo es poco para aliviar la carga a nuestros sanitarios y a todos quienes están en la primera línea porque luchar contra el virus sin las herramientas óptimas, es una pelea muy dura, a vida o muerte.

Sabemos cuantos miles están arriesgando sus vidas, las profesiones que se han convertido en nuestros héroes, conocemos sus penalidades, pero también su entereza, su valentía, su vocación hasta la muerte. Nos sangran las manos de tanto aplaudirles. Aquí estamos, todos los esfuerzos suman. Ahora o nunca.

Ante la frase vienen días complicados con el aumento de los contagios y nuevas muertes, iniciativas mil para que no falte de nada. Estamos de pie, el virus ha comenzado a temblar, ha tropezado con un pueblo que no se rinde y con unas gentes que van a demostrarle de que pasta estamos hechos.

Quien dijo miedo, los soldados de la primera línea no lo tienen, pasan pena por sus familiares, pero ellos cada día se levantan y salen corriendo al tajo, esas profesiones que han puesto en valor tantos gestos, tanta madurez. Ellos han puesto encima de la mesa muchas bajas y saben que vendrán muchas más, les da igual, ya no se puede mirar atrás, está en peligro nuestros pueblos, nuestros mayores, nuestros hijos, nuestra sociedad, el planeta.

Han asumido el todo del interés general. Por eso crecen y crecen miles de iniciativas, todo vale, las mascarillas simples y las de tela, los aviones fletados y las batas de bolsas de basura, los aplausos, las acciones multimillonarias. El que da lo que tiene y hace lo que puede no está obligado a más.

Hemos pasado la peste, el cólera, la gripe y tantas enfermedades víricas y de otras dimensiones, que el coronavirus antes de llegar la vacuna y el buen tiempo será vencido. Su maldad no tiene límites, pero se ha encontrado con un pueblo solidario único que sabe reaccionar sin complejos ni miedos. Siempre lo hemos hecho, nunca nos lo han puesto fácil. Es tal el torrente de solidaridad que dentro de pocas horas habrá suficientes armas para luchar en óptimas condiciones.

La población que está en casa es otro puntal para evitar la propagación, tan importante este detalle como todo lo demás. Evitan el colapso e inyectan vida. Seguro que con estos ingredientes al final de semana nace una sonrisa general, a pesar de los datos negativos de las próximas horas. Pronto le diremos fuera de aquí mequetefre. Rafael Gabaldón San Miguel.

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1
pep riera
todo es poco para esta adversidad traumatica y dolorosa
lluis
por mi no quedara estoy en casa sin pisar la calle ni un segundo a la orden
margalida riera
en eso estamos vamossssssssssssssss